La entrega de esta quincena de nuestro SeguridadxNaturaleza (BAJALO AQUI), esboza el problema del furtivismo, desde la perspectiva de la modalidad del “Carrileo”, la verdad que es difícil en 280 palabras dar una idea aproximada las diferentes connotaciones de este problema, que en buena parte de la geografía nacional representa, el principal “factor distorsionador” de la gestión cinegética, con lo que ello conlleva tanto desde el prisma medioambiental, como desde el económico y por supuesto el mayor en cuanto a la cantidad económica que genera –EN SU VERSION PROFESIONAL- a las bandas organizadas que se dedican a esta actividad.
Un furtivo no es un Cazador, pero es cierto que es del colectivo que ostenta o ha ostentado licencia de caza de donde provienen la mayoría de los actores del carrileo, es muy frecuente además que nos encontremos como acompañantes a personas sin relación con la caza o las armas, siendo espectadores en grado de cómplice de esta infracción que fácilmente puede tornarse delito de los del 337 del código penal.
Desde el prisma más “amable” de la práctica, bien es cierto que eso de cazar desde el coche, portando el arma dispuesta para el disparo, se ha venido haciendo en muchísimas de las reservas , cotos sociales o privados, con mas que anuencia –participación del propio Guarda (funcionario o privado) que de esta forma más que facilitar la acción del cazador –ayuda sin la cual habría menos “cazadores” y mas paseantes- se garantizaba los abates de los cupos reglamentarios y ahí la falacia de la conveniencia de todos.
Después, los titulares que no querían pagar Guarda lo hacían ellos mismos sin más y con la comercialización del corzo por precintos pues todo aquel que tuviera una de estas autorizaciones se creía en el derecho de transitar caminos, roderas, servidumbres o campo en su vehículo, a fin de acercarle un plomazo a lo que viera.
Llegó el punto en que parecía que eso era una modalidad de caza más… El cazador serio se ha visto superado por estos hábitos, que le han convertido de cazador en presa de la deslealtad de sus “compañeros de coto”. De ahí que en muchísimos lugares se dejara de arrendar precintos sueltos y se buscara más que el número, la calidad y el lance, acotados donde los resultados han sido excepcionales y conocidos de todos, buen hacer, pasión por la caza sin ventajismos, seriedad, y las inversiones necesarias han hecho de muchas zonas cotos envidiados.
Quien no ha tenido la posibilidad, bien por precio, por distancia, por posibilidad u otras de “hacerse su coto” ha tenido que jugárselas con estos desaprensivos, y sumar a la dificultad de la caza un compañero que o te mata tu corzo o te lo chantea, haciéndole el primer pagano de este tipo de furtivismo.
Quien carrilea no entiende de cupos, mata lo que puede, o lo que le place, pero ya puestos tampoco entiende de lindes, haciéndolo en el coto donde tenga precinto o en cualquier otro, con esto el problema se torna comarcal y resulta que el valor de la caza en una comarca se reduce ostensiblemente, y lamentablemente la “calidad” de los cazadores también.
Y esto ocurre en la primera parte del problema, de lo que nosotros decimos, los infractores, es decir esas conductas socialmente reprobables que pueden conllevar una sanción pecuniaria de la administración, pero es que este tipo también puede constituir un delito, de aquellos que sin precinto ni autorización alguna se aventura por los caminos de dios a matar lo que se pongo, por trofeo, por carne o por placer, o también por facilitarle una experiencia a un tercero a cambio de dinero…. Así estamos.
En nuestro articulo conveníamos como las visitas de nuestra Ronda de vigilancia discontinua se posicionan como una alternativa con un resultado altamente positivo para la lucha contra este tipo delictivo, la experiencia nos enseña que con presupuestos realmente muy reducidos conseguimos un efecto disuasorio contundente, cuando no una acción policial de respuesta efectiva, tenemos experiencias desde poco más de mil euros anuales
Hablamos?
Bajate aqui el folleto; RONDA vigilancia Discontinua GUARDERIO